La enseñanza del Arte Sonoro. Entrevista al profesor Rommel Hervez
Entrevista realizada por Jorge Gómez al profesor Rommel Hervez, artista y docente de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Caracas – Venezuela). La enseñanza del Arte Sonoro en las artes plásticas, hace imprescindible la escucha atenta como herramienta de interacción con el mundo, si alentamos al alumno a saber mirar, también debemos estimularlo a saber escuchar.
Romel Herrera (Rommel Hervez). Docente de la Universidad Nacional Experimental de las Artes. (UNEARTE CECA) Armando Reverón, en Escultura y Medios Mixtos. Es coordinador de Extensión y Relaciones, además Coordinador Académico en el CECA Armando Reverón, así como en la labor museográfica y curatorial en diversas exposiciones.
Su trabajo de investigación creativo se ha desarrollado desde diversas especialidades como el dibujo, la escultura, el arte sonoro, el videoarte, la narrativa, ensayos reflexivos e instalaciones; todas estas donde involucra diversos elementos multidiciplinarios; integrando la danza, la música instrumental y coral, el video y objetos escultóricos en el espacio; también ha realizado partituras analógicas desde de su escritura qalítica.
En la universidad se graduó con la mención Cumlaude, en el año 2006 obtuvo una beca para realizar un residencia artística, a través del Fonca, en Ciudad de México, residencia que le abrió las puertas para desarrollar y presentar su investigación en espacios como: El Museo del Ex-teresa, El Museo del Antiguo Palacio del Arzobispado, la Universidad del Claustro. Ha realizado residencias con Escritores en Lenguas Indígenas (Eliac) que le ha aproximado al estudio de sonidos en algunas lenguas originarias. Dos importantes residencias en el CMMAS que le han permitido desarrollar, profundizar y proyectar su trabajo.
¿Cómo llegaste a la docencia del Arte Sonoro?
R. H. Profesor Jorge, muy agradecido por este espacio de intercambio e investigación y de renovación. Desde el momento en que se tiene maestros que son unos profesionales, no solamente de la disciplina artística, sino también del espíritu, uno absorbe y eso le inquieta. Desde que comencé en el área escultórica, me interesé en transmitir lo que estaba aprendiendo, me di cuenta que el proceso creativo del taller y la docencia no están separados; se teme a veces que cuando se detiene el ejercicio docente, la obra puede sufrir una falta de oxigenación, eso puede pasar si no se hace un cambio análogo a la docencia; llegar a la enseñanza del arte sonoro inició con una materia que estuve impartiendo en la universidad hace aproximadamente 5 años que se llamó ensamblaje e instalación; así comencé abriendo un espacio para el estudio del sonido en esa relación espacio – tiempo, para que los estudiantes comprendieran que es la instalación.
La instalación muchas veces se confunde con un objeto instalado en el espacio, la instalación es un objeto donde tu entras y te conviertes siendo un sujeto en parte de ese objeto, interés que me llevó a establecer una relación espacio – temporal, hasta que voy tomando una mayor consciencia del sonido en vinculación a ese espacio -tiempo, digamos que ahí comenzó mi inquietud. En mi trabajo artístico personal estoy realizando una investigación desde la poesía sonora, el paisaje sonoro y los objetos sonoros, ha sido muy importante para mí, vincular esa investigación personal con la docencia. Uno asume la práctica y el intercambio, ve que los estudiantes están muy abiertos y tienen respuestas, entonces permiten la oxigenación en estos campos investigativos.
¿Qué consideras importante en la enseñanza del Arte Sonoro?
R.H. Yo considero importante la enseñanza del arte sonoro a partir de cuatro puntos relevantes: lo primero que el estudiante tome consciencia que el espacio – tiempo no está fragmentado, para los estudiantes no es fácil comprender esa unidad como una sola manera de vivirlo, una vez hechas las prácticas donde ellos sientan y experimenten la materialidad espacial, estarían preparados para comprender tres conceptos fundamentales vinculados a ese espacio – tiempo, que son el ruido, sonido y silencio, una vez que tengan un aproximación a estos tres conceptos dirigidos a las prácticas y estéticas taoístas, deben comprender que, como seres humanos somos relaciones, las relaciones involucran un concepto fundamental y central que es la escucha; si no hay la vivencia de ese concepto de la escucha, no hay relaciones; entender la escucha no como una parte fisiológica que es el oír, sino escuchar supone una profundización psicológica y espiritual, una atención de estar con eso otro. Comprender como seres humanos que somos sonidos, así evocando los libros sagrados, desde el principio fue el sonido, fuimos nombrados. Considero esos cuatro puntos son muy importantes a considerar en la enseñanza del arte sonoro. Sin esos conceptos y esas experiencias los estudiantes no sabrían llegar a la práctica sonora, ni a las tecnologías. Refuerzo estos cuatro puntos: el espacio –tiempo, el ruido – sonido – silencio, el relacionar la escucha y la conciencia que somos sonido.
Dentro del contexto local, en tu país Venezuela ¿Cómo realizas la enseñanza del arte sonoro?
R.H. La montaña del Ávila que queda al norte de la ciudad de Caracas, tiene tres grandes picos, uno de 2000 m, otros de 2600 y 2700 m, ir y tomar esto como una práctica rigurosa, ritualista de caminar durante horas, me enseñó a escuchar, a saber distinguir que cuando voy subiendo esa montaña escucho un gran murmullo al unísono que son todos los sonidos mezclados de la ciudad, de pronto entra en escampadas de silencio y luego desaparece, esa relación con la montaña fue fundamental para saber como realizar las prácticas, eso me disciplinó, primero a caminar en silencio, estar atentos a los sonidos, cómo esos sonidos me afectan, ese tránsito me lleva a una experiencia de silencio, de entrar en mí y comprender con mayor propiedad. Incluso pueden existir precariedades y dificultades tecnológicas, pero eso no indica que no se pueda desarrollar una práctica sonora.
En este caso profesor usted tiene mucha responsabilidad en el trabajo que desarrolló cuando estuvo en la Universidad Nacional Experimental de las Artes con las tantas actividades que se desarrollaron conjunto a la investigación, las referencias de los artistas que han experimentado con el sonido, desde los dadaístas, Murray Schafer, John Cage, la realización de paseos sonoros, ejercicios vocales teniendo como referencia al artista dadá Kurt Schwitters. Sobre todo, los estudiantes tienen que tomar consciencia que no es asumir una unidad curricular para llenar un requisito, sino cuando culminen sus estudios esa enseñanza del arte sonoro los toca, porque el problema se centra en aprender a escuchar para que puedan desarrollar una práctica profunda como profesionales.
¿Cómo ves la práctica del Arte Sonoro en tu especificidad escultórica?
R.H. Es una pregunta compleja, necesaria y de gran interés. Cuando tengo que hablar de lo que soy y hago, veo lo complejo que es responder la pregunta, porque supondría separar la práctica sonora, de la práctica escultórica, de la práctica reflexiva y es una unidad, soy un artista multidisciplinar, cuando comencé con la escritura qalítica eran dibujos, esos dibujos tomaron forma escultórica en el espacio en las letras, esas letras tienen un sonido, esas letras salen al espacio hacer acciones, surge todo un desarrollo de una narrativa, donde todos esos elementos forman parte de ese mundo que yo llamo obra cosmoselíptico, todo el trabajo que uno hace en el taller, desde golpear una piedra u otro material es parte de la misma escultura, reflexiono ¿cómo espacializar ese sonido?, ¿cómo materializar ese sonido?, entonces me doy cuenta que no puedo separar el objeto escultórico del objeto sonoro ni del objeto instalativo.
¿Cuál es tu apreciación personal del Arte Sonoro en la contemporaneidad?
R.H. Desde que se definió el concepto del arte sonoro, vemos aun ciertas confusiones, lo importante es reflexionar sobre si los que se están formando en arte sonoro no tienen la capacidad de escuchar, lo creado serán artefactos técnicamente muy buenos, pero no tendrán esa profundización. Una de la cosas que me inquieta de la interdisciplinariedad, por ejemplo: ingenieros, músicos o artistas plásticos, experimentan con el sonido, hacen ruido y ya se consideran artistas sonoros; creo que es mucho más complejo, considero que esa práctica formal debe llevar implícito una práctica reflexiva y una práctica de contenido espiritual, para mi es fundamental que el artista pueda tener una conexión, que a pesar de que sea un objeto sencillo, eso que se produce desde lo sonoro poder evocativo, me traslada, produce reflexiones e interrogantes…
¿Qué ha significado para ti en lo personal, el sonido? ¿qué sonido eres tú? R.H. El sonido soy yo. Un sonido que resuena al infinito, que no se detiene.Es una pregunta importante. Como escultor y persona que se ha dedicado a escribir desde la docencia, con la escritura y el trabajo con la voz desde lo existencial reflexiono de que ese sonido que soy, aliento que resuena me transformó, ese aliento que sale, a su vez me está transformando, es trascendental. En las presentaciones artísticas realizadas en el 2015 en México, personas se acercaron impresionadas a decirme sobre el impacto que el sonido produjo en ellos, una señora muy conmovida se acerca y me pregunta ¿ese sonido de dónde es?, no es de este plano, no es de esta realidad, ahí comprendí que toda esa labor tiene que ver con el espíritu, ese aliento te eleva y te hace percibir que hay algo más allá de la formalidad y conceptualidad de la obra. Todas esas reflexiones me inducen a hacer una serie de ensayos y a cuestionarme y cuestionar cosas. Una obra debe surgir de una necesidad, ¿por qué llegas a esa necesidad?, es porque estás buscando una trascendencia.
¿Cómo ves el panorama del arte sonoro en el presente y en el porvenir en Venezuela?
R.H. Si he sido un profesor honesto, si he puesto semillas en los estudiantes, si he realizado el trabajo docente con profundidad y responsabilidad, ahí puede haber garantía que se despertaron los espíritus en cada uno de los estudiantes que fue tocada para continuar el trabajo. Desde allí comienza; independientemente lo que esté sucediendo, lo que sucede actualmente en Venezuela, requiere exigir más, sino hay esa responsabilidad, ese espíritu y esa exigencia, no va a pasar nada. Sí puedo garantizar que se despertaron muchas almas, estudiantes y profesionales que si se van de Venezuela, seguirán con la inquietud hacia lo sonoro. Para los artistas que están fuera de la Universidad la incidencia del arte sonoro es muy poca, casi nada de motivación hacia el tema, todo esto está centrado en la universidad.
De parte de Ars Sonorus te damos las gracias, estaremos en franca relación e intercambio. Sabemos que te vas a México, encuentra en Ars Sonorus todo el apoyo para que puedas desarrollar tu labor docente y artística.
R. H. Gracias a Ars Sonorus por existir, enviar material constantemente, por abrir tantos espacios y referencias, eso es muy importante, lo agradezco aquí en público. Ars Sonorus es una plataforma dinámica que busca crear un espacio para la investigación y formación profunda del Arte Sonoro en todo el continente. La Bienal Internacional de Radio en México, es un punto de partida en la historia y creación de Ars Sonorus, que es importante no pasar por alto.