El paisaje en la pintura

El paisaje y su historia nace en China hacia el siglo V y luego aparece en occidente en el siglo XVI en Flandes; desde sus inicios el paisaje ha inspirado numerosas reflexiones estéticas tanto en la literatura, la pintura y la música.

Debemos tener en cuenta que el espacio geográfico es el soporte del paisaje, pero también es una construcción cultural porque pareciera no existir sin una perspectiva humana sobre el mismo. El paisaje se desarrolla en beneficio del ver y del pintar. Aplicado sobre un lienzo o un papel, es la imagen pintada de un modelo que ha carecido de imagen durante mucho tiempo, ya que el espacio geográfico existe previamente sin el paisaje.  El paisaje puede ser para el pintor un tema tan atractivo como lo es para cualquier amante de la naturaleza. El paisaje  se hace luz, luz del universo, del campo, de la ciudad, del mar, luz de lo cotidiano, del drama y también de las fiestas.

El paisaje como género pictórico en sus comienzos no gozó de mucha estima, solo tenía valor como representación de fondos de otros géneros pictóricos. Pintores como el Greco en su Vista de Toledo, Leonardo da Vinci en la Mona Lisa y Diego Velázquez en varios de sus retratos de la corte como: Felipe IV a caballo o  la Villa Médici en Roma, dejaron muestra de su saber y maestría en este tema, aunque en la mayoría de los casos estos paisajes sólo tenían el interés de realzar al protagonista principal del cuadro.

También civilizaciones como la griega y la romana, se detuvieron a mirar con otros ojos la naturaleza que les rodeaba. No llegaron al concepto de paisaje tal como lo conocemos hoy, pero eran capaces de ver lugares bellos, con encanto y tranquilidad… que a su vez se representaban en los mosaicos y pinturas decorando las paredes de sus lujosos palacios. En las pocas obras que se conservan tanto romanas y también copias griegas, encontramos motivos a los que hoy llamamos paisajes.

Sabemos que en China la pintura no se concibe como un arte aislado, sino que se incluye en el llamado arte del pincel, que contiene a la poesía, a  la caligrafía y a la pintura en una única disciplina y en este mismo orden de importancia.

Uno de los géneros más bellos e interesantes de la pintura china es el del paisaje. En chino al paisaje lo llaman «shan shui», que traducido literalmente significa «montaña y agua», porque en la naturaleza se armonizan las montañas y el agua, que es precisamente lo que pretende la pintura de paisaje. En este contexto, el buen pintor es el que consigue que el agua se detenga y la montaña fluya. Además la montaña y el agua se unen con nubes o niebla, que son la representación del vacío, siendo un elemento de gran importancia en el arte chino, en todas su manifestaciones.

Los pintores chinos insisten en el hecho de que antes de pintar, hay que saberse de memoria la naturaleza. Del alma del pintor brotan los montes y la cuevas. El artista nos dice:

antes de pintar un bambú, el bambú tiene que crecer dentro de nosotros. Entonces, el pincel en la mano, la mirada concentrada, la visión aparece de pronto ante los ojos.  ¡Atrapémosla cuanto antes con nuestras pinceladas, porque puede desaparecer tan súbita como la liebre ante los pasos del cazador!

Su Tung-Po

En el siglo XX se produce un importante desarrollo del paisaje debido al aumento de su demanda por parte del poder económico, político y social en occidente. Las élites deciden decorar sus casas con escenas placenteras y encuentran en el paisaje la temática más indicada para adornar sus salones; a esto debemos añadir la admiración por la naturaleza que se manifiesta en el romanticismo y que continuará en las décadas siguientes, lo que conduce a los pintores a tratar el paisaje como una de sus temáticas favoritas.

Los artistas representantes del romanticismo alemán se destacan por el tratamiento simbólico que realizan del paisaje. Renovaron este género a partir de la ruptura  de las convenciones cromáticas y de perspectivas, por lo que su influencia se extiende a movimientos posteriores.

También en Inglaterra la pintura del paisaje tendrá un amplio desarrollo con dos artistas claves; John Contable y William Turner.

J. M. William Turner. Calais, arenas en aguas bajas. Óleo sobre lienzo (1832).
John Constable. Molino de Stratford. 1819 y 1820, Oleo sobte tela.

Contable es el máximo exponente del naturalismo en el paisaje, interesado por las luces, las atmósferas y uno de los precursores del impresionismo.  Turner estará especialmente interesado en los juegos de la luz, las atmósferas, llamándose a sí mismo el cazador de las tormentas. Se cuenta que hacía largos viajes en barco como marino para poder pintar; una tarde de tormenta se hizo atar al mástil del barco para ser testigo durante cuatro horas de cada instante, de las formas, los colores, tanto del agua como las nubes; motivos que fueron representados muchas veces en sus óleos.

Fue Camile Corot que se manifestó como el más claro representante que va del paisaje clásico al paisaje realista, manteniéndose al margen de todas las escuelas. La gran novedad que aportaron los pintores realistas fue revelar la riqueza del paisaje francés en la escuela de Barbizon, una escuela que desde un punto de vista histórico, está contemplada como fundamento de la representación realista del paisaje y también precursora del impresionismo.

Será el impresionismo quien aporte la mayor novedad al paisaje, ya que este movimiento tiene como objetivo la búsqueda de la luz directamente del natural; por lo que las pinceladas se hacen rápidas y empastadas buscando captar la impresión de cada momento.

El interés manifestado de los impresionistas por la luz y el color, motivará paralelamente la perdida de la forma y el volumen, la reacción inmediata viene de la mano de los propios postimpresionistas, especialmente de Paul Cezanne, Vincent Van Gogh y Paul Gauguin quienes pretenden hacer un arte sólido y duradero como el que se conserva en los museos, considerando que la forma alcanza mayor plenitud cuando el color posee mayor riqueza.

Las vanguardias del siglo XX, tampoco dejan de lado el paisaje, especialmente los cubistas que encuentran en él una de sus fuentes de inspiración; en el caso del cubismo la representación del paisaje ya no es un arte de imitación, sino un arte de concepción que tiende a elevarse hasta la creación. En algunos movimientos de vanguardia la naturaleza dejará paulatinamente de ser fuente de inspiración desde lo visual, pero sí en lo sonoro; aunque en el surrealismo artistas como René Magritte y Salvador Dalí continuaron interesados en el paisaje; muchas de sus obras dan muestra de lo que significaba para ellos.

Sabemos que la producción de pintura de paisaje en el continente americano como en otras ramas del arte, estuvo vinculada a las transformaciones que se fueron dando en el  ámbito  europeo,  y  cuyos  progresos  arribarían  a  través  de  los artistas  viajeros  que surcaron el continente, ya desde finales del siglo XVIII. En su largo periplo y con las guerras de independencia el  paisaje  pasaba  a  erigirse  decididamente  en  emblema  de  la  nacionalidad, era  el  reservorio  donde  se  conservaba  el  “alma  nacional”.

La pintura de paisaje en Colombia

La historia de la pintura moderna colombiana, es la historia de la representación del territorio y su disolución en un hecho pictórico. A diferencia de otras tradiciones artísticas latinoamericanas, donde el interés predominante estaba representado en la reflexión sobre el cuerpo, los objetos, la arquitectura o las formas puras.

El género de paisaje en Colombia, se enmarca en el contexto de la lucha por la propiedad de la tierra, en una persistente violencia rural y en una naturaleza exuberante que capturó la atención de los artistas viajeros del siglo XIX. Aquí encontramos una figura influyente, estamos hablando del pintor Andrés de Santa María; su trabajo se ubica en la  última década del siglo XIX y principios del XX, sus representaciones del paisaje sabanero realizadas en 1894, por primera vez en la historia de la pintura colombiana, buscaron desligar las características económicas, naturales o sociales del territorio, del propio hecho pictórico.

Andrés de Santa María fue Profesor de la Escuela Nacional de Bellas Artes, formó en sus alumnos la devoción por este tipo de pintura; esto hizo que el paisaje se convirtiera en el principal tema del trabajo artístico en Colombia. En la colección permanente del Banco de la República, en Bogotá pueden apreciar y disfrutar las obras de  este pintor y de otros artistas.

El paisaje en el arte contemporáneo

El Land Art, tendencia del arte contemporáneo que usa los paisajes y los elementos de la naturaleza como escenario y medio para realizar obras de arte. tiene en su principio la intervención en el espacio natural, pero sin maltratarlo, las esculturas u objetos creadas en armonía con el entorno o paisaje es su sentido y finalidad artística. También en el arte contemporáneo los artistas visuales, músicos, ingenieros de sonido entre otros, trabajan con los sonidos del entorno no musicales, ellos graban, registran, componen u organizan esos sonidos para sus propias creaciones que se extienden desde una obra sonora hasta intervenciones con esos sonidos en diversos espacios como museos, auditorios, espacios públicos entre otros, a esto le llamamos paisaje sonoro, tipología del arte sonoro, acuñado por el compositor y músico canadiense Murray Schafer.

Tanto los paisajes pintados (paisaje-pintura), como los paisaje físicos (paisaje-territorio) son fuente de memoria; archivo de los cambios sociales y del entorno. Pintores, fotógrafos, escritores y poetas nos han transmitido su mirada sobre numerosos lugares que ya sólo son historia.

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