El Radioarte y su evolución

El presente ensayo sobre el arte radiofónico no trata sobre cómo hacer radio, se trata específicamente (más allá de esta confusión semántica) de la radio como expresión del arte con su propia materia artistica que es el sonido, y que en manos de creadores con conocimiento de sus posibilidades estéticas laboran en el propio espacio electrónico de la radiodifusión y de la web.

La llamada intervención de este espacio con todos los sonidos naturales, digitales, humanos, industriales, etc., mediante su organización deliberada y atenta, incidirá en obras de radioarte, que es una de las tipologías del arte sonoro. Quienes crean estas obras generalmente son artistas que conocen este cálido medio y sus posibilidades de inspirarse en lenguajes diversos como el de la literatura, el cine, los mixtos o híbridos que conjugan paisajes sonoros, la oralidad, el ruido y todas las variantes que se le ocurra mediante un guión o un azar controlado, a estos creadores se les denomina: radioastas. Ellos producen en los oyentes dispuestos a escuchar conscientemente una “intervención” de su propia imaginación con su sabida capacidad de producir imágenes mediante el sonido.

No es este texto un pontificado, mas sí una experiencia personal a lo largo de 22 años creando radioarte, pretendiendo aportar algo al desarrollo de este género artístico, que aún habiendo transcurrido un poco más de un siglo desde su invención como medio de comunicación, no es tan conocido y desarrollado en el campo del arte, pero en general sí como medio funcional de publicidad, de mercado, de entretenimiento y de ideologías diversas, llegando a ser por desventura banal y de precariedad verbal.

 La radio hoy (con sus debidas excepciones) es un papel tapiz de ruido, un acompañante de la soledad del individuo contemporáneo.

El tema de la radio como medio de expresión artística  es el punto central de este ensayo; entendiéndolo en su totalidad proporciona al radioasta, al teórico, al investigador y al escucha consciente una nueva experiencia, utilizando lo audible, pero no de cualquier modo, sino en relación a lo que hay visible, tanto en la naturaleza como en el arte y esencialmente en la propia imaginación del ser humano.

El medio radiofónico propicia la intervención del inconciente individual y colectivo si hablamos arquetipalmente. Delante del micrófono y su parlante (como extensiones de nuestra orejas y de la voz) se generan mediante el alcance y ubicuidad de este medio, unas relaciones estéticas, psicológicas y ontológicas en relación a su velocidad electromagnética en el espacio mental del que escucha y en el denominado espacio electrónico.

Todo lo que facilita mediante el proceso de organización temática sonora al creador, tiene unas claras y argumentales condiciones de “escribir con sonidos”, con su propia gramática y estética.

Desde sus inicios la radio se reveló como una atractiva dimensión, excitante y reductora que posee, no sólo del mayor estímulo que conoce el ser humano para los sentidos: la música, la armonía , el ritmo, sino que paralelamente tiene la capacidad de ofrecer una descripción de la realidad por medio de ruidos, paisajes sonoros ambientes, y con el más amplio y abstracto mediode divulgación que posee: la palabra.

A diferencia del teatro, mediante los sonidos y las palabras revela la realidad con una sensibilidad poética y en ella confluyen los variados tonos musicales, los sonidos del mundo y del espíritu, penetrando así en una dimensionalidad nueva creada por el pensamiento, ofreciendo de modo inmediato y concreto mucho más ampliamente que una hoja de papel impresa de una novela;  tornándose a ser algo más vivo en el que el radioasta posibilita con los efectos sonoros, la palabra, la música y el silencio, etc., obras estéticas, líricas, filosóficas que conducen a formas más puras de representación, hasta una nueva y sorprendente unidad teórica/estética.

La radio permite aislar la acústica dentro de la específica práctica artística, cuestión esta que saben los investigadores del arte. Este factor es el que con modesta pretensión compartimos sobre los resultados y aprendizajes que nos ha generado nuestra experimentación radioartística.

Por la experiencia podemos afirmar que los plurales efectos acústicos en la radio se nos presetan más complicados de describir, que los efectos ópticos. El radioarte es muy acorde para ampliar formas abstractas, que somos capaces de distinguir mediante el tratamiento y la efectización que muestra por ejemplo el lenguaje cinematográfico.

Así, cuando hablamos de las distintas formas de expresión del arte sonoro, se pretenden pautar unas normas y conceptos para el fenómeno artístico, y al mismo tiempo representar dicho fenómeno. En su mayoría, las obras de radioarte realizadas en el siglo XX y lo que llevamos de XXI, (desde la aparición de las primeras vanguardias artísticas), constituyen el intento de formar un nuevo lenguaje, y por tanto sólo en su conjunto podremos comprenderlo para su aplicación en un nuevo espacio.

A partir de los estímulos sensoriales de los que las diversas artes se sirven, e igualmente de dichas particularidades de esos estímulos,  podemos generar posibilidades expresivas en el campo desde donde se desarrolla el radioarte actual, con la actual evolución de la audiotecnología digital.

La radio despierta en alto grado una determinada sensibilidad, produce con más facilidad que las demás artes, defectos sensitivos y de integridad, ya que no actúa desde el órgano de la visión (que nos proporciona un universo de imágenes), mientras que la escucha nos las ofrece incompletas; en consecuencia el escucha atento se siente inducido a completarlas, mediante su propia fantasía y que al medio radiofónico evidentemente  le falta en su emisión. De este factor central, depende la buena preparación y organización que elabore el creador del arte con sonidos artísticos de y con la radio para su excelente resultado.

En la representación de la esencia de un acontecimiento, de un proceso ideológico y de una completa creación, el radioasta podrá ofrecer la totalidad, no sólo de lo audible. Lo sonoro  tiene una riqueza para otorgarnos imágenes de la realidad y de lo fantástico. Conociendo as limitaciones, el artista puede, mediante su conciencia del desequilibrio existente entre el mundo de la visión y el de la audición, propiciar de modo acertado y adecuado que el oyente sea capaz de formar la imagen que desee, e incluso de una cuarta dimensión.

A pesar de que la obra radioartística sea de carácter abstracto y oculto, el radioyente puede crear un mundo propio con el material sensible del cual dispone, actuando de manera que no se necesite ningún tipo de complemento visual, ¡sólo con el poder de su imaginación!

El medio radiofónico no ha de considerarse como un  simple aparato transmisor, sino como un medio de creación según sus propias normas, un mundo acústico de la realidad; así cuando las normas son abolidas, se torna en la imperiosa necesidad de ejercer una buena dirección de la emisión para ofrecer una obra de radioarte bien realizada.

La radio, entendida como arte, presenta un conjunto tan poliédrico como la realidad misma, ya sea en miradas al mundo exterior como a nuestro vasto mundo interior. Todo ello representa un largo y constante recorrido que nos debe servir como impulso para continuar con fuerza por una ruta que cada vez cuente con un espacio más amplio que reflejar.

La radio en la actualidad se encuentra re-definiéndose ante los nuevos modos de escucha, propiciando una impresionante revolución de los medios digitales. Las señales acústicas , voz, sonido, articulación, música y redes espaciales son dispositivos de la transmisión radioartística, que presentan en la actualidad gran cantidad de prácticas artísticas. Surge así el denominado lenguaje de los hipermedios, que aúnan las posibilidades del texto impreso y el de los lenguajes audiovisuales, la radio por internet facilita además a través del llamado podcast y el streaming, la elaboración de una radio auténtica “a la carta”, que multiplica con libertad una oferta variada en la que se puede introducir una mayor cantidad de contenidos especialmente dirigidos  a un público  cada vez más especializado en sus demandas, y que ya no se encuentra supeditado a la tiranía del horario de emisión.

Entonces podemos afirmar que el radioarte es un lienzo sonoro que en mentes creativas, lo intermedial del espacio electrónico de la radiodifusión, los radioastas lo intervienen haciendo una obra de arte en plena transmisión, generando otras escuchas en quien, en dónde y en qué silencio mental lo disfrutan.


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Jorge Gómez Aponte

Jorge Gómez: músico, artista sonoro, productor radiofónico, docente e investigador. Autor de libro “La liberación del sonido – las artes sonoras y su campo expandido. Productor del programa de radio “Oír es ver”, dedicado al arte sonoro, el radioarte y las nuevas músicas, en la emisora HJUT 106.9 fm estéreo. Universidad Jorge Tadeo Lozano, Bogotá – Colombia. http://www.utadeo.edu.co/es/micrositio/emisora-hjut

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